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Cobrador (In God We Trust)

Cobrador (In God We Trust, 2007) es una película dirigida por Paul Leduc y estelarizada por Peter Fonda, Lázaro Ramos, Antonella Costa e Isela Vega. La historia se basa en la combinación de cuatro cuentos cortos del autor brasileño Rubem Fonseca: "El Cobrador", "Paseo Nocturno", "Ciudad de Dios" y "Placebo". La película inicia de manera violenta, con el personaje central, Cobrador (Lázaro Ramos) en un consultorio dental de Nueva York. Todo aparenta ser normal, con un destinta explicándole las tareas a seguir para restaurarle la dentadura. Pero en el momento que el especialista le muestra una pieza de oro (necesaria para las amalgamas dentales) el Cobrador reacciona violentamente y ataca al dentista, lo que origina una pelea entre ambos. Al final Cobrador usa un revólver del dentista para matarlo. Al salir se encuentra en medio de una solitaria calle y mata con la misma arma a un conductor que se atraviesa en su camino. Al mismo tiempo el Señor X (Peter Fonda), un empresario norteamericano del sector energético, se dedica en sus tiempos libres a atropellar mujeres en sitios solitarios, como un impulso asesino incontrolable en un hombre de apariencia normal. Cobrador huye a México donde conoce a Ana (Antonella Costa), una fotógrafa argentina hija de desaparecidos políticos y adoptada por represores. Tras el atentado contra un político, ambos partirán hacia Brasil, el país de orígen de Cobrador. Por su parte el Señor X, enfermo e impotente, viaja a Argentina para encontrarse con una misteriosa Gitana (Isela Vega) quien le ha ofrecido los servicios de curación del doctor Wolf (Patrick Aduma) mediante el uso de un feto de raza negra. En Brasil existe otro personaje, el detective de la policía Zinho (Milton Goncalvez), que viaja a una antigua mina de oro en la selva amazónica, donde actuaba como vigilante de cientos de mineros (uno de ellos era Cobrador) quienes trabajaban en condiciones deplorables, como esclavos que escarban la tierra y trepan en filas cargando bultos de tierra por escaleras de madera. De ahí el trauma del personaje central respecto al oro. La corporación del Señor X era la propietaria de la mina, la cual fue cerrada por incosteable y los trabajadores despedidos, mientras la empresa prefería incursionar en el más rentable mercado energético (gas y petróleo). Al final Cobrador y Zinho se volverán a ver las caras en la antigua mina de oro.

Alabada por diversos críticos de cine, Cobrador resulta difícil para la gran audiencia. Unir cuatro historias en una sola ha dado como resultado la conjunción fortuita de personajes dispersos, unidos por una mina operada en condiciones inhumanas (lo que explica pero no justifica la actitud vengativa del personaje). Los protagonistas, desconocidos entre sí, acaban formando parte de una misma trama, con escenas que se presentan en una edición poco afortunada. Los actores, en su mayoría muy talentosos, aparecen desperdiciados con diálogos breves e intrascendentes. En resúmen, Cobrador es una película cuyo potencial (unir historias de violencia en distintos puntos del continente) desafortunadamente no pudo desarrollarse plenamente debido a su técnica narrativa, la cual terminó siendo su mayor defecto.

Cobrador: ** (Regular)